Traicionar en internet
Sábado noche. Tu pareja se ha ido de nuevo de fiesta con sus amigos. No es el primer “finde” que lo hace y sabes perfectamente que no será el último…
Estas un poco cansada de tanto cachondeo nocturno, teniendo en cuenta que la mayoría de los colegas con los que sale están solteros. Además, está bueno, él lo sabe y las chicas que lo vean tomando una copa, también.
Todos los ingredientes para desconfiar si a eso lo sumamos que últimamente está esquivo en la cama. El problema es que no puedes darle de su propia medicina porque a tus amigas ya no les apetece salir el sábado noche y prefieren las tardes de café y cine. Menudo rollo.
En tu interior se despierta un viejo vicio que no lo experimentabas desde antes de conocer a tu pareja: hablar con otras personas por internet. Recuerdas aquellas charlas hasta las tantas de la madrugada por Messenger con gente que habías conocido previamente en el IRC o en cualquier otro chat. Algunas desembocaban en una cita a ciegas días después o esa misma noche. Locuras de juventud que ahora ni te planteas… o sí.
Enciendes el portátil, buscas cuál son los chats del momento y te desinhibes abierta a lo que pueda pasar. No pones límites. Estás un poco cansada de tanto desplante de tu novio y esta es tu noche. Rápidamente te registras en un sitio de citas extramaritales. Aparece un chico interesante con el que, después de dialogar, le das tu móvil para hablar por WhatsApp. Ahí llega el intercambio de fotos, las confidencias y una complicidad que te pone a mil. Te propone quedar. ¿Darás el paso?