Mujeres bi-curiosas ¿Por qué una mujer heterosexual puede sentir
Algunas mujeres se sienten confusas porque, a pesar de que son heterosexuales, reconocen tener sueños o fantasías con otra persona de su mismo sexo, y confiesan sentir excitación por otras mujeres.
A pesar de que en un primer momento esta atracción pueda producir estupor o vértigo, se trata de un sentimiento perfectamente normal y más común de lo que la sociedad nos puede hacer creer.
La tendencia natural del ser humano es la bisexualidad, y no distinguir entre géneros, y es la educación del entorno la principal causa que nos hace decantarnos por una u otra.
¡La ciencia pinta un cuadro interesante!
Un estudio de la universidad de Boise arrojó el dato de que el 60% de las mujeres confesó sentir atracción por otras mujeres en algún momento de su vida, mientras que algo más de la mitad dijo haber tenido fantasías con alguien de su mismo sexo. De todas ellas, el 45% declaró que había ido más allá de las fantasías y la atracción, habiendo, al menos, besado a otra mujer. Cabe destacar que todas las mujeres del estudio se declararon completamente heterosexuales al realizarlo.
Una cree estar muy segura de sus convicciones sexuales, y, por ejemplo, está en un restaurante y aparece una mesera que nos hace latir el corazón a mil por hora.
¿Qué ha pasado aquí?
Que el deseo y la pulsión sexual no conoce géneros, y busca la satisfacción personal inmediata. Dejarse llevar por los propios instintos y deseos es la actitud natural, contra la que es mejor no luchar, ya que esto puede ser la fuente de muchos problemas y frustraciones que nos hagan sentir mal con nosotros mismos. El estudio ya citado arroja otro dato curioso, y es que…
…las mujeres de mayor edad son las menos reacias a confesar su atracción por otras mujeres.
La explicación que dan desde el estudio es que, según avanza la edad, las mujeres se van desprendiendo de sus complejos en materia de sexo, y sienten una mayor curiosidad por explorar las posibilidades de su cuerpo y de su sexo, perdiendo la vergüenza y el temor a expresar sus verdaderos deseos ocultos.